A finales del siglo XIX el Puerto Cachimbiro estaba conformado por una estrecha hilera de añosas casas construidas de madera con techos de palma. Por un lado magullaban las inquietantes aguas del Mar Caribe y por el otro las apacibles del la Ciénaga Grande del Magdalena. Años antes, durante la gesta libertaria capitaneada por El Libertador Simón Bolívar había sido el renombrado Fuerte cachimbiro, Un lugar de San José de Pueblo Viejo donde pros realistas intentaron en múltiples ocasiones atajar la impetuosa fuerza de los patriotas republicanos. Años después, el lugar fue el primer hidropuerto utilizado por los novedosos “pájaros de metal” agenciados por la firma alemana de aviación Scadta. El atávico nombre del lugar procede de un potente hedor a “cachimba” o tabaco de “calilla” que en todos los cuerpos se transpiraba. En Cachimbiro habitaba una decena de familias de frondosas camadas dedicadas a la pesquería y la producción de sal de espuma.Juan Miguel Boato y Tomaza Carmela Arriza –Ana Carmela Utieles para algunos- tenían dos hijas que respondían a los nombres de Silvia Helena –Juanita para algunos- y Tomasita.